Viernes, marzo 11 del 2005...Nunca fue un día cualquiera

“Madre pide de rodillas ayuda a general Cienfuegos para encontrar a hijo desaparecido" Hace unos años atrás quizás hubiese pensado que la actitud, era un tanto exagerada, hoy reflexiono: sólo hay que ser madre… un viernes 11 de marzo, intentaron raptar a mi hija, desde mi casa, por suerte quedo solo en el intento, y bastaron esos minutos desgraciados para sentir una angustia permanente, que ahora he logrado manejarla; cierro los ojos e imagino como dos personajes tuvieron la mente fría de llevarse a mi tesoro, y verla como un producto, me descompone.
Cada vez que la veo dormir, la veo jugar, la veo crecer doy gracias por tenerla conmigo. Este relato, es tan real como el trafico de niños y de sus órganos; como no hubo delito, porque no existieron golpes, ni hubo rapto, ninguna organización acogió mi experiencia, solo investigaciones tomo los hechos como para sentar precedentes, sin poder hacer nada, solo hay que esperar que un niño en Curicó, sea raptado y que las historias tengan datos en común, y de esa forma, tomar parte de un procedimiento ahhh!!! y que el Juez, determine investigar.
Cuando esto sucedió, yo no estaba en mi casa, mi hija estaba con su nana y gracias a ella, esto no paso a desgracia, pero por no haber estado ahí, todavía me culpo y siento ese constante miedo, puse protecciones en mi casa, cambie cerraduras, cambie de pediatra, de horarios, pero lo que no pude cambiar fue volver el tiempo atrás.
Tener un hijo desaparecido, debe ser un horror sin limites, esa incertidumbre se hace parte de uno, el constate cuestionamiento donde está, estará sufriendo, estará vivo, tendrá hambre, son cosas que pasan por una mente de madre, por eso esa vez dije “prefiero un hijo muerto, antes que un hijo desaparecido” porque muerto sé, que hipoteque mi vida para que el viviese… pero desaparecido, tengo las matos atadas. Quise contar esto, porque forma parte de una realidad, de una mafia, llamada trafico de lactantes y menores.
Agradezco a Cecilia, que estuvo conmigo, me dio fortaleza, para salir el lunes nuevamente a trabajar y mirar con cordura lo que me estaba pasando.
Para terminar, sólo me queda decir, cuantas madres lloran a sus hijos desaparecidos desde también un horroroso día 11.
LEER MÁS...